domingo, 14 de junio de 2020

Bestiario 3. Piwilis

Animal vertebrado / Mamífero / Omnívoros  

Descripción: cuadrúpedos de no mas de treinta centímetros de alto. Son rápidos pese a sus cortas extremidades. Sus patas traseras son fuertes y musculosas, permitiéndoles ejecutar saltos de gran potencia. Cubiertos de un espeso y suave pelaje de intenso color amarillo pueden parecer encantadores e inofensivos peluches, pero nada más lejos de la realidad. Poseedores de un carácter desconfiado e irascible, la naturaleza les ha dotado de importantes armas ofensivas que pueden resultar mortales para sus enemigos.

Cuando un piwili se coloca a la defensiva, bien para responder a una agresión o para mostrar su mal humor, una pequeña parte de su pelaje se transforma en finas púas de varios centímetros de longitud que salen despedidas como dardos a varios metros distancia. Dichas agujas son altamente venenosas y resultan mortales para la mayoría de las especies. Los humanos aún no han descubierto el antídoto para tan potente veneno. También su larga cola se endurece y eriza como si fuera una lanza. Manejada con maestría por estos pequeños animales, puede producir profundas heridas en sus enemigos, siendo incluso capaz de perforar (si se aplica con la suficiente potencia) pieles acorazadas como la de los strigalhs o los armadillos dorados. Heridas que con el tiempo se infectarán ocasionando la más que probable muerte de su víctima.

Machos y hembras apenas muestran diferencias morfológicas. Los machos son un poco más grandes y pesados, siendo también el tono de su pelaje algo más oscuro. Sus órganos sexuales quedan tan escondidos bajo la gran masa de pelo de los envuelve, que no son apreciables a simple vista, por lo que es difícil distinguirlos.

Los piwilis no alcanzan la plenitud sexual hasta los cinco años. Son una especie longeva, pudiendo llegar a los ochenta años de vida. No es fácil que un piwili se empareje, pero cuando lo hace, su unión durará hasta que uno de los miembros de la pareja muera. Las hembras pueden tener varias camadas a lo largo de su vida (el período de gestación es de cinco meses), y generalmente consisten en dos o tres cachorros que amantarán durante el primer año de vida. Los piwilis nacen indefensos, no desarrollarán sus mortíferas capacidades hasta cumplir los tres años, por lo que dependen por completo de la protección de sus padres para sobrevivir. Diminutos al nacer, parecen auténticas bolitas de pelo de aspecto frágil y adorable. De un color marrón bastante oscuro, no obtendrán la cálida y dorada tonalidad que caracteriza a su especie hasta la plena madurez.

De nariz puntiaguda, orejas pequeñas y redondeadas, ojos negros… Todos sus sentidos se encuentran perfectamente adaptados a la caza, tanto diurna como nocturna. Sus principales presas son pequeños mamíferos como los ratones o grandes insectos como los escarabajos colosos, muy abundantes en los oasis del desierto de Zahrs.

Son animales sumamente golosos y adoran la fruta madura. Como no son trepadores, se tienen que conformar con la que se deja caer de los árboles o con la que los humanos comparten con ellos. Su convivencia con los hombres ha hecho que desarrollen también un gusto especial hacia los alimentos cocinados por estos.  

Son animales feroces y valientes, muy fieles, siempre dispuestos a defender a los suyos. Los Tulos del desierto los han utilizado desde tiempos inmemoriales como protectores de sus hijos y sus rebaños. Nada se escapaba a sus agudos y bien desarrollados sentidos, y no tardan en dar la alarma con agudos chillidos ante cualquier amenaza.

De inusual y despierta inteligencia, llegan a establecer verdaderas relaciones de aprecio y amistad con aquellos humanos especialmente dotados para comunicarse con ellos. Algunos pueblos, como los Zurianos, incluso los consideran, por su capacidad de comprensión y entendimiento (aunque no hayan desarrollado una cultura material propiamente dicha), como miembros de pleno derecho de las denominadas Razas Ocultas a las que ellos mismos pertenecen. 

Hábitat: los piwilis son animales difíciles de ver. Son grandes desconocidos para la inmensa mayoría de los habitantes de Aurrimar. La dificultad para su reproducción en cautividad hace que su número sea reducido y que su precio sea elevado en los mercados más importantes del desierto, como el del oasis de Taleg. Un lujo generalmente destinado a los más pudientes; aunque no resulta raro encontrarlos en viviendas más modestas fruto de algún encuentro casual en libertad.

Es en estos áridos parajes del desierto de Zahrs donde se concentra el mayor número de individuos. En ocasiones aparecen de forma aislada en otros puntos del Continente, pero esto es debido sobre todo al tráfico comercial de animales exóticos, muy popular entre las clases acomodadas de los Siete Puertos.

Sin embargo, no son pocos los que dudan de que sean animales originarios del desierto. Su espeso pelaje no parece una buena adaptación a las tórridas condiciones atmosféricas de esas latitudes. Los pequeños animalillos sufren con las elevadas temperaturas y la deshidratación se encuentra entre sus principales causas de fallecimiento.

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Las bandejas fueron dispuestas delante de los invitados y del Patriarca. Pristi, agarró la suya y, sin esperar más indicaciones y olvidándose de cualquier tipo de protocolo, comenzó a saborear lo que para ella eran auténticos manjares.

—Por favor, estaréis hambrientos después de tanto caminar por el Inframundo —les invitó Quinamilot—. ¡Espero que os guste! Es liebre de arena con mermelada de dátiles. —El viejo zuriano sonrió ante la cara de sorpresa de los dos hermanos—. ¡Sí, lo hemos preparado en vuestro honor! Nuestros alimentos habituales tal vez no sean de vuestro agrado… ¡Pero el agua es excelente!

—Gracias por las molestias —dijo Meda mientras le ofrecía un buen trozo de carne a Ramita, que se había acercado hasta él buscando su parte.

—¿Sabes? —le indicó Quinamilot al contemplar la escena—. Los piwilis también forman parte, aunque en una escala menor, de las Razas Ocultas. No han desarrollado ninguna cultura… pero son inteligentes.

—¿Por eso puedo entenderla, porque tiene un idioma propio?

—¡No sólo por eso! También porque eres especial, porque posees esa habilidad que te proporciona tu sangre, tu herencia… —Y mirando directamente a los ojos a Meda, añadió en su propio idioma—. El resto de los humanos no puede entender nada… como tu hermano en estos momentos. 


"Aurrimar. La leyenda del Dios Errante", vol1. Libro 1 - Tulos