Fría, distante,
egoísta o calculadora son algunos de los adjetivos que podrían definir a esta anciana
octogenaria, matriarca de uno de los clanes familiares más antiguos y poderosos
de Quimera. Única heredera de la inmensa fortuna de sus padres, ha dedicado gran
parte de su vida a hacer de la Aliste Corporation-QM, uno de los mayores
y más diversificados entramados empresariales de los Mundos de la Expansión.
El trabajo
es su vida, el poder su pasión, la supervivencia y la autoconservación… su meta. Nada se interpondrá
entre ella y su brillante destino. Pero un oscuro secreto de su pasado la
atormenta. Un secreto que podría destruirla y que no está dispuesta a revelar,
aunque para ello tenga que sacrificar a un miembro de su propia familia.
Como veis
se trata de una mujer de fuerte carácter, controladora, soberbia y sin escrúpulos,
que merecía un nombre que estuviera a la altura de sus altas aspiraciones. Fue casi
instantáneo. A la mente me vino uno de mis personajes históricos favoritos. Sí,
tenía que ser ella. Deseaba homenajear a una de las mujeres más fascinantes de
nuestra historia: Toda Aznárez de
Pamplona (876- 958)
¿Quién
era esta mujer? Fue, ni más ni menos, Reina de Navarra por su matrimonio con Sancho Garcés I de Navarra.
No, no era madre de dragones, pero sí de reyes y reinas, de condes y condesas. Tía
carnal del mismísimo califa Abd al-Rahman III. Dedicó gran parte de sus
esfuerzos a diseñar un amplio y trascendental programa de enlaces conyugales con
los linajes de todos los gobernantes de la periferia pamplonesa, sobre todo con
el Reino de León. Sus influencias se extendían por toda la península.
Una azarosa y ajetreada existencia que concluyó
a los ochenta y dos años. Una edad más que respetable para una mujer de la Edad
Media.
Toda Aznárez y Toda Aliste, dos mujeres
poderosas, dos mujeres con un claro objetivo en sus vidas.