lunes, 21 de febrero de 2022

El Baile de las Quimeras. Personajes: Toda Aliste


Muchas veces me preguntan de dónde saco esos nombres tan raros (tanto de personas como de localizaciones) que utilizo en mis novelas. En unos casos son fruto del azar, pura invención, pero en otros muchos, son nombres reales que por algún motivo han despertado mi interés. Esto último sucede con Toda Aliste, uno de los personajes centrales de “El Baile de las Quimeras”.

Fría, distante, egoísta o calculadora son algunos de los adjetivos que podrían definir a esta anciana octogenaria, matriarca de uno de los clanes familiares más antiguos y poderosos de Quimera. Única heredera de la inmensa fortuna de sus padres, ha dedicado gran parte de su vida a hacer de la Aliste Corporation-QM, uno de los mayores y más diversificados entramados empresariales de los Mundos de la Expansión.

El trabajo es su vida, el poder su pasión, la supervivencia y la autoconservación… su meta. Nada se interpondrá entre ella y su brillante destino. Pero un oscuro secreto de su pasado la atormenta. Un secreto que podría destruirla y que no está dispuesta a revelar, aunque para ello tenga que sacrificar a un miembro de su propia familia.

Como veis se trata de una mujer de fuerte carácter, controladora, soberbia y sin escrúpulos, que merecía un nombre que estuviera a la altura de sus altas aspiraciones. Fue casi instantáneo. A la mente me vino uno de mis personajes históricos favoritos. Sí, tenía que ser ella. Deseaba homenajear a una de las mujeres más fascinantes de nuestra historia: Toda Aznárez de Pamplona (876- 958)

¿Quién era esta mujer? Fue, ni más ni menos, Reina de Navarra por su matrimonio con Sancho Garcés I de Navarra. No, no era madre de dragones, pero sí de reyes y reinas, de condes y condesas. Tía carnal del mismísimo califa Abd al-Rahman III. Dedicó gran parte de sus esfuerzos a diseñar un amplio y trascendental programa de enlaces conyugales con los linajes de todos los gobernantes de la periferia pamplonesa, sobre todo con el Reino de León. Sus influencias se extendían por toda la península.

Una azarosa y ajetreada existencia que concluyó a los ochenta y dos años. Una edad más que respetable para una mujer de la Edad Media.  

Toda Aznárez y Toda Aliste, dos mujeres poderosas, dos mujeres con un claro objetivo en sus vidas.


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