Parece que los lectores de “El
Dracón y el lobo de fuego” se han puesto de acuerdo últimamente para terminar
el libro al mismo tiempo. Si hace unos días os mostraba la reseña de Francisco
Santos Muñoz Rico, hoy es el turno de otro de mis autopublicados favoritos: Antonio
López Sousa.
𝗘𝗹 𝗗𝗿𝗮𝗰ó𝗻 𝘆 𝗲𝗹 𝗹𝗼𝗯𝗼 𝗱𝗲 𝗳𝘂𝗲𝗴𝗼
Yolanda Martín López (2018)
Si algo me ha aportado #bookstagram ha
sido, entre otras cosas, conocer a muchas personas que como yo se dedican a
juntar letras y ordenar palabras. Es decir, a escribir. Personas que de otro
modo jamás habría conocido y cuyas fascinantes creaciones me habría perdido.
Porque no tener el apoyo de una gran editorial no nos hace a los autopublicados
tener menos calidad.
Yolanda Martín López, alias @adi_de_galatia , es
una de esas personas cuya obra jamás habría conocido de no haberme metido en
este mundillo bookstagramero. Y lo que me habría perdido.
Pero vayamos por partes.
El Dracón y el lobo de fuego es un libro de fantasía pura, repleto de magia y
aventuras, que sigue los clásicos cánones del bien contra el mal y el viaje del
héroe, aunque con un héroe un tanto diferente a lo habitual. Y ese esquema, que
podríamos entender como muy trillado, nunca defrauda si está bien construido,
como es el caso, pues la Historia del Dracón, una metahistoria en realidad,
posee un argumento muy sólido y un desarrollo pleno de coherencia que le
confiere un carácter sobrio y eficaz.
Mención aparte merece el magnífico personaje principal, Índigo, el Dracón. Uno
de esos personajes que tanto me gustan, repleto de grises, que se balancea
siempre sobre el filo del abismo, con unas luchas internas de lo más
interesantes y con un desarrollo muy cuidado. Y aunque hay otros, como el cuasi
coprotagonista Andrakas, debo reconocer que el gran peso de la obra lo lleva
él.
Así que ya sabéis, si os gusta la fantasía esta es una buena elección. Además,
ahora mismo Yolanda lo tiene en oferta, y os aseguro que lo manda bonito,
bonito... Y firmado, claro. Ahora tocará seguir con «Aurrimar» la trilogía de
fantasía de la que surgió esta obra... Sí, voy para atrás, como los
cangrejos... Bueno, los cangrejos en realidad van de lado...
Y eso. ¡Leed, insensat@s!
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